Cuentan las leyendas de terror
que dos chicas, cuyos padres se habían ido a pasar el fin de
semana a la montaña, se habían quedado solas en casa, en compañía de su perro.
Cuando estaban viendo la televisión, un avance informativo interrumpió la
programación. Un asesino loco se había escapado del manicomio.
La niña pequeña sintió mucho
miedo, pero su hermana la tranquilizó, diciéndole que no se preocupara, que
nadie podría entrar sin que su perro se diera cuenta, y si el perro oía algún ruido
ladraría, entonces ellas llamarían a la policía.
Las niñas se acostaron
intranquilas, pero tras un largo rato cayeron dormidas. En mitad de la noche la niña se
despertó y sintió miedo, entonces metió la mano debajo de la cama, donde dormía
su perro, para que éste la lamiera y así fue. Entonces la niña se quedó
tranquila, pero empezó a oír un ruido extraño.
Parecía un goteo. La niña se
levantó para ver de dónde salía el ruido y al llegar al baño se encontró a su
perro ahorcado, y junto al perro una nota que decía: No sólo los perros lamen.
La niña se desmayó y cayó al suelo.
Cuando llegaron sus padres, se
encontraron al perro ahorcado, a su hija pequeña desmayada en el suelo y a su
niña mayor muerta en la cama.
Cuando la niña despertó, estaba
totalmente traumatizada y jamás volvió a pronunciar una palabra.
entiendo muy bien a la niña, yo tambien me hubiera quedado impactado
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