El
caserón de 23 recámaras en el que vivían el reverendo Henry Bull, su esposa y
catorce hijos, fue levantado en 1863 en la villa de Borley, en el condado de
Essex. Aparentemente fue construido sobre las ruinas de un monasterio
benedictino del siglo xiii. La leyenda cuenta que uno de los monjes huyó con
una monja, pero fueron apresados junto con el chofer de la carroza en la que
escapaban. El monje fue ahorcado, el chofer decapitado y la monja encapsulada
viva en las paredes del monasterio. Esta última es la más vista a través de los
siglos: se conoce como el Nun’s Walk (caminata de la monja) al patrón que sigue
este espectro, el cual se dice que se repite cada 28 de julio –aunque la
propiedad se quemó en 1939–. Se han contabilizado dos mil fenómenos
sobrenaturales distintos que se han repetido durante décadas en lo que ha sido
el caso más investigado de la historia.
No en
balde la llaman “la casa más embrujada de Inglaterra”. La rectoría de Borley
fue investigada por el famoso buscafantasmas Harry Price a principios del siglo
xx, fotografiada por diarios y prestigiosas revistas de la talla de Life, ha
acogido guías de turistas y hasta ha tenido que soportar a los miles de
curiosos que se reúnen para ver un fantasma: el 28 de julio de 1988, la policía
tuvo que retirar a un gentío que se amasó para presenciar el famoso Nun’s Walk
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